Mañana sábado 27 de septiembre de 2014
se cumplirán 193 años de la entrada triunfal de Agustín de Iturbide y sus
fuerzas libertadoras a la Ciudad de México. En aquel día, México surgió ante la
comunidad de naciones como país independiente. Serán 193 años de que se llevó a
cabo el solemne desfile del ejército de las Tres Garantías y de los viejos
soldados insurgentes que habían sobrevivido.
La magna empresa quedó consumada
gracias al apoyo de las cúpulas de poder, la aristocracia, el alto clero y los
mandos del ejército, y gracias al talento de Iturbide como diplomático y su
enorme prestigio como militar de alto rango.
El acta de independencia con la que se
erigió México ante el mundo como país libre y soberano se escribió y firmó en
la ciudad de México al siguiente día, el 28 de septiembre de 1821.
De esta acta se envió una copia al
Partido de Parras, cuya jurisdicción comprendía por entonces prácticamente toda
la Comarca Lagunera de Coahuila. El 6 de octubre de 1821, la Soberana Junta
Provisional Gubernativa dio algunas instrucciones para la jura de la
independencia, particularmente para aquellos lugares alejados a la ciudad de
México.
Durante la mayor parte del siglo XIX,
la Comarca Lagunera y las poblaciones de su jurisdicción celebraron los días
15, 16 y 27 de septiembre como días patrios. El 15 y 16 en honor a los
iniciadores del movimiento insurgente de 1810, y el 27 por ser el aniversario
de la consumación de la independencia nacional.
Nunca hubo dudas del extraordinario
papel que Agustín de Iturbide había desempeñado en la consumación de la
independencia. El Himno Nacional Mexicano —en su versión larga u original— le
dedicaba una mención muy honorífica. A finales del siglo XIX, el gobierno
federal le dedicó una medalla o proclama de plata en el primer centenario de su
nacimiento.
La naciente villa del Torreón surgió
como tal por decreto del 24 de febrero de 1893, en honor al Plan de Iguala. Ya
como ciudad, la población le dedicó al libertador Iturbide, con motivo de las
fiestas del centenario, una de sus principales avenidas. Todavía en 1948 esta
avenida llevaba su nombre, pero en ese año, el general parrense Manuel H. Reyes
Iduñate, militar admirador del Varón de Cuatro Ciénegas solicitó al cabildo de
la ciudad el cambio de nombre por el de avenida Venustiano Carranza. El cabildo
aceptó y se verificó el cambio.
Como cronista e historiador interesado
en la verdad de los hechos y no en el triunfo de las ideologías políticas, me parece
que ya es tiempo de que México respete y venere la memoria de todos aquellos
héroes que lucharon por el bien de la nación, independientemente de cuál haya
sido su ideología política. Ni fueron héroes solamente los liberales, ni
tampoco lo fueron únicamente los conservadores. Y existieron otros muchos
héroes que no pertenecieron a estos bandos políticos o ideológicos, gente de
quien ni siquiera se recuerda su nombre.
A 107 años de la elevación de Torreón
a la categoría de ciudad, nuestra población tiene una deuda histórica con
Iturbide, extraordinario militar y consumador de nuestra independencia
nacional. No existe en la actualidad una sola calle o monumento que recuerde su
gesta gloriosa, ni tampoco el acta de independencia, documento fundamental y principio
de nuestra nación. Papelito habla.
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