¿Quién
en La Comarca no sabe quién es Oribe Peralta Morones? Guerrero destacado del
equipo local de futbol, el Santos Laguna, héroe del pasado campeonato de liga,
y actualmente artífice principal de la victoria de México contra Japón en
Wembley, en el marco de los Juegos Olímpicos. Por lo tanto, pieza clave en la
obtención de medalla olímpica, al poner un pase a gol, y también un gol con su
firma, de los tres que logró la escuadra mexicana en ese duelo. Oribe es torreonense
de nacimiento, vecino de La Partida, municipio de Torreón, actualmente en la
zona suburbana de esta ciudad. Hijo de otro jugador de balompié, trae en la
sangre la inquietud por este deporte.
Jugador
noble y sufrido, sin actitudes protagónicas, entiende bien que un equipo no
está configurado por puros goleadores, sino que a veces hay que sacrificar el
lucimiento personal para dar un buen pase, un pase que pueda convertirse en
gol, aunque sea bajo otro nombre y apellido. Para él, el secreto del trabajo en
conjunto está en que cada jugador haga su trabajo, aunque al final, solo haya
un goleador. Finalmente, el gol se le acredita al equipo entero. Con esta
mentalidad, Oribe ha contribuido de manera significativa a la victoria de
México sobre Japón, pues fue factor decisivo de dos de los tres goles
mexicanos.
Realmente
fue tan hermoso como espectacular su gol, un cañonazo que fue directo al ángulo
superior derecho de la portería nipona, con un tino tan milimétrico, que dejó
boquiabierto al portero y al estadio británico. Ojalá mañana sábado nos toque
festejar la presea de oro para la selección Mexicana. Sea como sea, nuestra
ciudad ha contribuido a tan histórico logro del deporte mexicano, a través de
un destacado torreonense, un guerrero del Santos: Oribe Peralta.
Para
pasar a otro tema, diremos que otra de las viejas familias de Torreón que
aparecen empadronadas en 1892, es la constituida por Pedro Ugalde, de 36 años
de edad, empleado, casado con Ceferina Adame, de 21 años. De acuerdo al censo,
sus hijos serían Julia, Refugio, María, Cirila, Camila, Alberto y Daniel. Los
que nacieron posteriormente fueron Altagracia, Félix y José Juan.
De
acuerdo al libro de matrimonios 1870-1885 de la parroquia de Nuestra Señora del
Refugio, de Matamoros, Coahuila, la pareja se casó el 27 de noviembre de 1882.
En el asiento matrimonial, Ceferina usó su segundo apellido, Ramírez. Según los registros genealógicos de la
Iglesia de los Santos de los Últimos Días, los apellidos de Pedro eran Ugalde
Guillén, y los de Ceferina, Adame Ramírez.
Pedro
habría nacido en Matamoros, Coahuila, en 1860, y era hijo de Cruz Ugalde
Escobedo y de Camila Guillén Espino, quienes se habrían casado en la
jurisdicción eclesiástica correspondiente a Matamoros en 1852. Sus hermanos
eran, según esta fuente, Sixto Ugalde Guillén, que nació en Matamoros en 1853;
Jorge, que nació en 1864; Manuel, nacido en 1867; Félix, nacido en 1869 y José
Julio, nacido en 1881.
Los
abuelos paternos de Pedro, según este mismo estudio, habrían sido Carmen Ugalde
y Leandra Escobedo. Los registros parroquiales más antiguos sobre los Ugalde
Escobedo se encuentran en Viesca, Coahuila, donde nació María Nazaria Celsa el
28 de julio de 1833.
Esta
es una de aquellas familias que nutrieron la inmigración de origen regional
hacia Torreón. Familias de Parras forjaron a San José y Santiago del Álamo,
después Viesca; luego poblaron Matamoros y posteriormente se asentaron en
nuestra localidad. Eran familias que iban siguiendo las oportunidades donde
éstas surgían. Gente deseosa de progresar en la vida, ni conformista ni
fatalista. Gente de trabajo.
De
Ugalde o Ugalde es un apellido de origen vasco. En la Nueva Vizcaya (Durango,
Coahuila, Chihuahua) hubo varias familias con este nombre.
Por
lo que se refiere al apellido Adame o de Adame, diremos que era muy
característico de la Nueva Vizcaya. Había familias con este nombre en Parras,
en Saltillo, en Viesca, en la ciudad de Durango, en Mapimí y por supuesto, en
Matamoros.
Los
de Matamoros, Coahuila, proceden de Parras y de Viesca, ya que esta familia se
encontraba entre aquéllas que fueron expulsadas del rancho del Saucillo en 1809
para evitar que de meros arrendatarios se convirtieran en propietarios (ver
"La Comarca Lagunera, constructo cultural", pp. 110-111).
Muchas
de las mujeres de este linaje usaron por nombre personal María del Refugio en
honor de la advocación de dicha virgen, la cual se venera en Matamoros,
Coahuila, de donde es titular y patrona.