En semanas pasadas, el diario regional “Noticias” comentaba acerca de una “confrontación” entre el ciudadano Jorge Zarzosa y el director del Archivo Municipal. El motivo, la propuesta y contrapropuesta de nombres de nuevas vialidades.
Jorge Zarzosa propuso los nombres de “Agustín de Iturbide” y “Juan de O´Donojú”, los dos principales signatarios del Acta de Independencia Mexicana (1821). Ya se ha mencionado que los torreonenses de 1910, y con motivo del primer centenario del inicio de las luchas por la Independencia nacional, rebautizaron la avenida Ferrocarril con el nombre de “Agustín de Iturbide”. Posteriormente, en 1948, un general que no era lagunero, solicitó el cambio de nombre de esa avenida por el de “Presidente Carranza, que actualmente lleva”.
Sin embargo, la iniciativa del ciudadano Zarzosa fue revirada por algunos miembros del Cabildo de Torreón, previo dictamen del director del Archivo Municipal, para evitar que se le pongan a las calles los nombres de los dos héroes. Para apuntalar su postura anti-iturbidista, algunos miembros del Cabildo han pedido “asesoría histórica” a terceros, uno de ellos el Dr. Rodolfo Esparza (director del Archivo Municipal ) .
En primer lugar, todo este asunto no consiste en el choque de dos voluntades con objetivos diferentes; se trata de un problema de verdad histórica. ¿Es Iturbide un héroe nacional, o no? ¿Se le reconoce actualmente como tal? ¿Se trata de un debate académico real o puramente ideológico? ¿Acaso se trata de un problema de ignorancia?
En segundo lugar, ¿por qué esos miembros del Cabildo de Torreón se han negado sistemáticamente en consultar a la primera autoridad en temas históricos que existe en Torreón, que es precisamente su Cronista Oficial y Notario Histórico? ¿No es verdad que la negativa ya supone una posición ideológica fijada de antemano por esos miembros del Cabildo?
El Manual de Funciones de los Cronistas vigente, establece con claridad en su inciso tres, que el Cronista es “Celoso guardián de la ciudad y de su patrimonio histórico-cultural”. Entre este patrimonio, se encuentran la historia y nombres de sus calles y avenidas. El inciso cuatro, letra “A”, establece que “el Cronista es Investigador, Recopilador y Notario Histórico”; y en el “E”, que es “Asesor y fuente de información para todos los ciudadanos e investigadores”.
En tercer lugar, los directores del Archivo Municipal son funcionarios administrativos de los mismos archivos. No están llamados a suplantar las funciones de los Cronistas Oficiales, sino antes bien, a facilitarles su trabajo. El Cronista Oficial, por reglamento, debe ser el primer miembro del Patronato del Archivo Municipal. Así de cercana debe ser la colaboración.
Incluso para los festejos del Bicentenario, el cabildo local no debe olvidar que este Cronista Oficial es miembro del Comité Estatal de Festejos del Bicentenario. Y que como tal, tiene mucho que decir en este tipo de casos de “dudas” históricas.
Pero debemos insistir que estas dudas son “sospechosamente” locales. Quizá habrá que recordarles a los funcionarios que se sienten “históricamente incómodos” con la propuesta de Zarzosa, que hay calles y avenidas de Iturbide en Saltillo (ahí hay dos), en la ciudad de Durango, en la ciudad de Puebla, en Zacatecas, en San Luis Potosí, en ciudad Acuña (Coahuila), en ciudad Juárez, en Veracruz, en Cuernavaca, en Tecamachalco, en Matamoros(Tamaulipas), en tepeji del Río, en San Buenaventura (Coahuila), en Tlaxcala, en Acapulco, en Hermosillo, en Aguascalientes, en San Nicolás de los Garza, en ciudad Nezahualcóyotl, en Zapopan, en Múzquiz (Coahuila), en Zaragoza.
Basta con mirar las estampillas de correos, emitidas en 1921 y en 1995, con ocasión de la celebración del 100 y 175 aniversarios, respectivamente, de la consumación de la Independencia, para que quede demostrado con claridad meridiana que el hecho se le atribuye y ha atribuido a Agustín de Iturbide y a su ejército Trigarante. ¿Quién puede negar la evidencia?
Exhorto pues a aquellos miembros del Cabildo que solicitan o han solicitado dictámenes históricos en torno al tema, a que me inviten en mi carácter de Cronista Oficial y Notario Histórico, para explicarles en extenso todo lo que requieren saber sobre este asunto. Por reglamento, conocimiento, y también por transparencia administrativa, soy la persona indicada para aclarar todas sus dudas.