Es verdaderamente lamentable que en Coahuila, aparentemente, no existan laboratorios ni recursos para hacer un rápido estudio que pueda determinar si una persona es portadora del virus A H1N1, llamado también de la “influenza porcina”.
En efecto, pareciera que durante varios días solamente se han hecho diagnósticos médicos, pero ninguna prueba de laboratorio que permita saber, con toda certeza, si en Coahuila realmente hay gente infectada con ese virus, y no meros “sospechosos”.
En efecto, pareciera que durante varios días solamente se han hecho diagnósticos médicos, pero ninguna prueba de laboratorio que permita saber, con toda certeza, si en Coahuila realmente hay gente infectada con ese virus, y no meros “sospechosos”.
Probablemente las muestras se estén mandando a los Estados Unidos, pero de esta manera se pierde un tiempo precioso. Coahuila es una de las entidades federativas más progresistas, y la falta de servicios tan básicos no resulta congruente con nuestra realidad y capacidad como estado, un estado que colinda con Texas y que podría importar tecnología, rápida y oportunamente. Con las dilaciones, se crea una falsa seguridad, y la gente se confía.
No tendremos verdaderas certezas –en uno u otro sentido- mientras no tengamos las pruebas en la mano, y sus resultados, difundidos. Hay que informar qué tipos de análisis se están realizando. La transparencia en la información incluye al sector salud.
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