La celebración de “la reliquia” es una costumbre originaria de Zacatecas
y naturalizada desde hace mucho tiempo en la Comarca Lagunera. En la mentalidad
popular, implica una promesa o manda hecha a un santo por una persona o una
familia, por el año que pasó y agradecer la protección del santo, o bien para
pedir su protección año tras año
Esta manda o promesa se concretiza con la
celebración anual de su fiesta en las casas, con rezos, con danzas y con una
comida especialmente hecha para la ocasión, que en la Comarca Lagunera es
conocida como “comida de reliquia”
Esta comida votiva consta de un guisado, asado de puerco (“asado de
boda”) y siete (número sagrado) sopas diferentes. Estos platillos se reparten
entre los asistentes al rezo, e incluso entre quienes lo soliciten, sean
vecinos o no. Su propósito es filantrópico en la medida en que hay un reparto
de comida entre los vecinos y asistentes.
El asado de puerco nutría al cuerpo y reponía las fuerzas de quienes iban de lejos —ranchos o
haciendas vecinos— a celebrar la devoción. En cambio, las siete sopas nutrían
el alma.
Nutrían el alma, porque la ingestión de cada una de estas sopas representaba la promesa
y voluntad del creyente de servir a Dios y al santo, mediante la práctica de
las siete virtudes opuestas a los pecados capitales: La humildad, contra la
soberbia; la generosidad, contra la avaricia; la castidad, contra la lujuria;
la paciencia, contra la ira; la templanza, contra la gula; la caridad, contra
la envidia; la diligencia, contra la pereza.
El número siete, como representación, no de las virtudes cristianas,
sino de los pecados capitales, aparecía en las piñatas de siete picos. El
creyente novohispano, vendado por su fe ciega, debía golpear la piñata y
rechazar así una vida mundana. Quebrar la piñata significaba el triunfo sobre el
mal, y la obtención del justo premio (los dulces y regalos).
Pero para volver a la reliquia, tenemos el contexto completo del
significado de esta práctica tan popular en la Comarca Lagunera, contexto
prácticamente desconocido. En efecto, “la reliquia” era a la vez devoción,
rezo, comida, danza en ocasiones. Pero solía ser también un compromiso de vida,
una promesa de práctica de las virtudes cristianas hasta la siguiente fiesta
del santo, fecha en que el compromiso se renovaba.
Por lo que se refiere a la vida política de Torreón
en la semana que pasó, el Congreso Estatal aprobó de manera unánime la licencia
del ahora ex alcalde Miguel Riquelme Solís para separarse del cargo. Le releva
como interino en el puesto Jorge Luis Morán Delgado, quien rindió su protesta
en sesión solemne de cabildo ante la presencia de los regidores, y
representantes de diversos sectores de la sociedad lagunera. Como Secretario
del Ayuntamiento queda José Ignacio Máynez Varela, quien rindió protesta en
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