Hoy por la tarde se jugó la final del Mundial de Fútbol Sub 17 en el Estadio Azteca de
Como era de esperarse, y dado que México es la capital federal de la nación, estuvieron presentes el presidente de la república, el presidente de Chile, miembros del gobierno, de los cuerpos diplomáticos acreditados en México, autoridades de la FIFA, y más de 100 mil mexicanos que abarrotaron el estadio.
Este deseable logro del equipo mexicano aumenta su valor por el hecho de que nuestra escuadra permaneció invicta durante todo el torneo. No perdió un solo partido. Además, tres de sus miembros fueron galardonados por su gran despempeño durante el torneo: Julio Gómez (autor del gol de chilena en Torreón) fue galardonado con el “Balón de Oro”, como el mejor jugador; el “Balón de Plata” se le entregó a Jorge Espericueta, y Carlos Fierro recibió el “Balón de Bronce”. Como suele decirse, los mexicanos hicieron el “uno, dos, tres” como los mejores jugadores del torneo además de ganar la copa del mundo, invictos. Una hazaña para recordar.
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