Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

jueves, febrero 25, 2010

Libro torreonense gana premio Banamex





Con fecha del 29 de enero de este año 2010, el señor Javier Ramos Salas, conocido profesionista de nuestra Comarca Lagunera, recibió una comunicación de Banamex.
El texto de la carta dice, a la letra:

“Estimado maestro Francisco Javier Ramos Salas:

Mediante la presente, me es grato comunicarle que el H. jurado del XIII Premio Banamex “Atanasio G. Saravia”, de Historia Regional Mexicana 2008-2009, acordó otorgarle el Primer Lugar en la categoría de investigaciones de particulares no vinculados profesionalmente al ámbito académico, a su trabajo titulado:

Entre el esplendor y el ocaso algodonero. Un ensayo sobre el desarrollo urbano de Torreón.

Al mismo tiempo que agradezco su participación en el certamen, transmito a usted la felicitación del jurado por la calidad de su trabajo.

Asimismo, le participo que la ceremonia de entrega de reconocimientos se llevará a cabo el miércoles 3 de marzo de 2010, a las 18.00 horas en el Auditorio Plaza Banamex, ubicado en Venustiano Carranza No. 63, Centro Histórico de la Ciudad de México, en espera de vernos complacidos con su asistencia.
Atentamente:

Lic. Cándida Fernández de Calderón.

Directora”

Vaya pues una cordial felicitación al maestro Javier Ramos por ganar este importante certamen para Torreón.

martes, febrero 23, 2010

Los Estados Unidos vetan turismo a Torreón







Con el afán de proteger a los ciudadanos norteamericanos, el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América expedió ayer una alerta de viajes, para actualizar la información de seguridad a favor de aquellos ciudadanos de ese país que viajan a o que residen en México. Este documento suprime la alerta de viajes a México de fecha del 20 de agosto de 2009, y se considerará vigente hasta el 20 de agosto de 2010.

Dicen sus puntos principales:

“Mientras que millones de ciudadanos estadounidenses visitan anualmente a México con seguridad (incluyendo decenas de miles que cruzan diariamente la frontera con fines de estudio, turismo o negocios, y aproximadamente un millón de ciudadanos norteamericanos radican en México), la violencia en este país se ha incrementado.

Es imperativo que los ciudadanos estadounidenses comprendan los riesgos que existen en México, así como las mejores maneras de evitar situaciones peligrosas.

Recientemente, las ciudades de Durango y Gómez Palacio en el Estado de Durango, y el área conocida como “La Laguna” en el Estado de Coahuila, la cual incluye la ciudad de Torreón, han experimentado significativos incrementos de violencia”.

miércoles, febrero 17, 2010

Guardianes del AGN: D. Julián Argumedo


Capilla de la Hacienda de Hornos. Viesca, Coah.

La serie de artículos “Guardianes del Archivo General de la Nación” (AGN), tiene como propósito honrar la memoria de aquellos laguneros que, durante la intervención francesa en México, estuvieron dispuestos a ofrendar sus vidas para mantener secreto el paradero de los libros, legajos y expedientes que el errante presidente Juárez les encomendó en custodia.

Se saben los nombres de esos laguneros, pero nada, o casi nada, de sus circunstancias vitales, de sus familias y procedencias. La documentación histórica y la genealogía son poderosos instrumentos que nos permiten arrojar luz sobre estos asuntos.

Así, a través de estos artículos, podremos definir claramente las identidades, filiaciones, procedencia étnica y geográfica de estos hombres notables. El simple hecho de que en 1848 habitaran en los ranchos del “Gatuño” y de “Matamoros”, dice mucho de ellos. En ninguno de los dos ranchos, estas familias tenían derechos legales sobre la tierra, ya que ésta había pertenecido a los marqueses de Aguayo, y para entonces, a Leonardo Zuloaga. Sin embargo, estos pobladores se establecieron en ellas como hombres libres no sujetos a servidumbre, lo cual era un rasgo muy característico de la cultura tlaxcalteca. Y es que la mayor parte de estas familias procedían del pueblo de indios tlaxcaltecas de San José y Santiago del Álamo, actualmente llamado Viesca, en el estado de Coahuila, y desde luego, de sus haciendas y ranchos.

Al arrojar luz sobre estos hombres y sus familias, notamos claramente la integración étnica de los mismos. Prevalecen los españoles criollos y peninsulares, los indios de origen tlaxcalteca, y los negros. También percibimos la diversidad de lugares de procedencia de las familias, lo cual señala hacia un constante fenómeno de migración interna y externa a la Comarca Lagunera.

Este artículo está dedicado a Julián Argumedo Adame, otro de los guardianes del AGN, que en 1848, se encontraba empadronado en el Rancho de Matamoros, en casa de sus padres Cruz Argumedo y Ma. Nicomedes Adame. Entonces tenía 18 años de edad.

Sus padres, José de la Cruz Argumedo y María Nicomedes Adame, se casaron el 27 de septiembre de 1827. El primero, José de la Cruz, nació en 1807, y era hijo de Lázaro Argumedo y de María Martina Ramírez. María Nicomedes había nacido en 1811, y era hija de Pablo Adame y de María Andrea Ibarra, como puede leerse en la siguiente partida matrimonial:

“En esta santa iglesia del Álamo, ayuda de la parroquial de Parras, a los veinte y siete días de septiembre de mil ochocientos veinte y siete: habiendo precedido las tres moniciones canónicas en tres días festivos inter missarum solemnia, que lo fueron la primera, el día diez y seis Dom. 15 post Pent., la segunda el día veinte y uno fer. (in civitate e.) y la tercera el día veinte y tres Dom. 16 post Pent., yo el presbítero D. José Ma. Venegas teniente cura de este ramo, casé in facie eclesia por palabras de presente, preguntándole su mutuo consentimiento a José de la Cruz Argumedo, de veinte años, soltero, originario de este pueblo [Viesca] hijo legítimo de Lázaro Argumedo y de María Martina Ramírez, con Ma. Nicomedes Adame, de diez y seis años de edad, originaria de esta jurisdicción, hija legítima de Pablo Adame y de María Andrea Ibarra. Testigos presentes al casarlos Nonato Lomas y Matilde Lomas, y para que conste lo firmé. [Rúbrica]”. [1]

Los abuelos paternos de Julián, como hemos podido ver el la partida matrimonial arriba transcrita, fueron Lázaro de Jesús de Argumedo Palacio, nacido en el Saucillo, quien casó con María Martina Ramírez Navarro, también del Saucillo, el 9 de agosto de 1795 en la parroquia de Santiago Apóstol en Viesca. Lázaro era hijo de Christóbal de Argumedo y de María Gertrudis Palacio. María Martina era hija de Dionisio Ramírez y de María Josefa Navarro, como lo podemos leer en la partida matrimonial correspondiente:

“En el año del Señor de mil setecientos noventa y cinco, en nueve de agosto del presente año, habiendo precedido las tres moniciones en los tres días festivos inter misarum solemnia, la primera en cinco de julio, Domínica 6 Pentecostés Beati Michael a santis, la segunda en doce de dicho Domínica pos Pentecostés Santi Juani Guillermi Abb., la tercera en diez y nueve [de] dicho, Domínica 8 Pentecostés Santi Justi et Rufini virgen y mártir, en la capilla de San José y Santiago del Álamo, ayuda de parroquia de Santa María de las Parras, yo, D. Domingo Ignacio García, cura teniente de dicho pueblo, desposé solemnemente por palabras de presente a Lázaro de Jesús, indio originario del Saucillo, hijo legítimo de Cristóbal de Argumedo y de María Gertrudis Palacio, con María Martina Ramírez, mulata libre, originaria del Saucillo, hija legítima de Dionisio Ramírez y de Ma. Josefa Navarro. Habiéndoles preguntado si era su voluntad, convinieron en ello, siendo padrinos Simón Navarro, y testigos, Antonio Fernández, Máximo Rey y Juan de la O. Se velaron. Y para que conste, lo firmé. [Rúbrica]”. [2]

Los abuelos maternos de Julián Argumedo casaron el 30 de agosto de 1811 en Viesca. Ellos fueron José Pablo Adame, originario de “Ximulco”, y Ma. Andrea Ybarra, originaria de Viesca, hija legítima de Salvador Ybarra y Juana Dominga Bal…. Firma el acta: Mariano de Riaño. [3]

Julián Argumedo casó joven. El 21 de octubre de 1849 contrajo nupcias con María Florencia Sánchez.


[1].- Libro Tercero de Matrimonios (1788-1827), Tomo II, de la parroquia de Santiago Apóstol de Viesca, Coahuila. Copia en el Centro de Investigaciones Históricas de la UIA-Torreón.

[2].- Libro Tercero de Matrimonios (1788-1827), Tomo I, de la parroquia de Santiago Apóstol de Viesca, Coahuila. Copia en el Centro de Investigaciones Históricas de la UIA-Torreón.

[3].- Libro Tercero de Matrimonios (1788-1827), Tomo I, de la parroquia de Santiago Apóstol de Viesca, Coahuila. Copia en el Centro de Investigaciones Históricas de la UIA-Torreón.

martes, febrero 16, 2010

Guardianes del AGN: D. Guadalupe Sarmiento


Fotografía de Andrew Willms.

Otro de los hombres que participaron en la custodia del Archivo General de la nación fue Guadalupe Sarmiento Espino (o Espinoza). El era originario de Mapimí, donde nació en 1822. Se casó con María Inocencia Salazar, originaria de la Hacienda de Los Hornos (jurisdicción de Viesca) el 10 de febrero de 1844. Cuando se levantó el padrón de la jurisdicción de Viesca (1848), Guadalupe Sarmiento y María Inocencia moraban en su casa del Rancho de Matamoros (Coahuila). Con ellos vivía Matiana Sarmiento, su hija de 1 año de edad.

Don Guadalupe era hijo José María Sarmiento y de María Eugenia Espino, casados en la parroquia de Santiago de Mapimí el 15 de febrero de 1820, y nieto paterno de Martín Sarmiento y de Úrsula Vargas, y de Félix Espino y Bernarda Silva, por la línea materna.

El padre de María Inocencia Salazar, esposa de Guadalupe, fué Ignacio Salazar, quien nació en el Real de Cuencamé en 1795. Siendo residente del lugar, casó en Viesca el 30 de enero de 1820 con María Paulina Montoya, nacida en 1797. Inocencia era nieta por línea paterna, de José María Salazar y de María Jacinta Estrada, y nieta por línea materna, de Máximo Montoya y de María Clara de los Reyes.

Los suegros de Guadalupe Sarmiento, Ignacio Salazar y Paulina Montoya eran vecinos del “Gatuño” (Congregación Hidalgo, en Matamoros, Coahuila) en 1848. Con ellos vivían sus hijos Gerónimo Salazar, de 15 años; Roberto Salazar, de 14 años; Longinos Salazar, de 11 años; María Catarina Salazar, de 9 años y Bonifacio Salazar, de 7 años. Todos ellos eran cuñados de Guadalupe Sarmiento.

De entre éstos, Gerónimo Salazar Montoya, cuñado de Juan de la Cruz Borrego, sería oto de aquéllos hombres que 16 años más tarde, se convertirían en custodios del Archivo General de la Nación en la Cueva o Gruta del Tabaco. El 7 de enero de 1856, Gerónimo contrajo nupcias con María Benedicta Salazar en la parroquia de Santiago Apóstol, de Viesca. La novia era originaria del Saucillo, e hija de Enrique Salazar y de María Guillerma Baltara.

El acta de matrimonio de los suegros de Guadalupe Sarmiento, se transcribe a continuación:

“En el año del Señor, a treinta de enero de mil ochocientos veinte, habiendo precedido las tras canónicas moniciones en tres días de fiesta inter misarum solemnia que lo fueron la 1ª de 9 de dicho [mes] día domingo, la 2ª en día 16, domingo, y la 3ª en el día 23 del mismo, día domingo, en tanto se decía la misa mayor en esta santa iglesia del Álamo, ayuda de la de parroquial de Parras, yo el cura teniente Dn. Mariano de Riaño , desposé solemnemente por palabras de presente a José Ignacio Salazar, indio de edad de veinte y cinco años, originario del Real de Cuencamé, y residente en la Hacienda de los Hornos desde su tierna edad, hijo legítimo de José Ma. Salazar y de Ma. Jacinta Estrada, ya difunta, con María Paulina Montoya, india originaria de este pueblo, de edad de veinte y tres años, hija legítima de Máximo Montoya, ya difunto, y de Ma. Clara de los Reyes, siendo testigos Adauto Adriano, José Tomás Chacón y José Gordiano Favela. Fueron sus padrinos Andrés Adame y María Simona Lerma. [Rúbrica]”. Parroquia de Viesca, Libro Tercero de Matrimonios (1788-1827) Tomo II. Copia en el Centro de Investigaciones Históricas de la UIA-Torreón.

lunes, febrero 15, 2010

Guardianes del AGN: D. Juan de la Cruz Borrego


Foto de Andrew Willms.

En 1864, algunos señalados laguneros protagonizaron la gesta relativa a la custodia del Archivo General de la Nación en la Cueva del Tabaco por encargo del presidente Benito Juárez. El presidente les encomendó la guarda de once carretas cargadas con una selección de valiosos documentos que eran de la mayor importancia para el Partido Liberal y para la causa de Juárez, entonces en lucha contra el imperio de Maximiliano. Estos laguneros cumplieron el encargo fielmente, aún con riesgo de torturas y muertes a manos de los franceses.

Entre los nombres de estos bravos laguneros se encuentra, en primerísimo lugar, el de don Juan de la Cruz Borrego, el cabecilla de todos ellos. Los otros valientes fueron Julián Argumedo, Ángel, Vicente, Cecilio y Andrés Ramírez, Diego de los Santos, Epifanio e Ignacio Reyes, Mateo Guillén, Francisco, Julián y Guillermo Caro, Telésforo y Gerónimo Reyes, Marino Ortiz, Guadalupe Sarmiento, Pablo y Manuel Arreguín y Gerónimo Salazar.

16 años antes de los hechos de 1864, o sea, en 1848, Juan José de la Cruz Borrego, entonces de 30 años, vivía tranquilamente en “El Gatuño”, una diminuta comunidad de apenas 31 casas. Este lugar se llama actualmente “Congregaciión Hidalgo” y se encuentra en el municipio de Matamoros, Coahuila.

Con su esposa, Benita Rodríguez, de 25 años, Juan José había procreado dos hijos Agustín (bautizado en Viesca el 7 de septiembre de 1844) y Gabriel, ambos de apellido Borrego Rodríguez. Juan José y Benita constituían un matrimonio joven, pues se habían casado en 1843, el 25 de noviembre, en la parroquia de Viesca, Coahuila. Entre 1843 y el 30 de enero de 1848, habían engendrado a sus dos hijos varones. Pero después de esta fecha tuvieron otros, que fueron José Felipe y María Rosa, mellizos, (bautizados el 11 de marzo de 1848).

El acta de matrimonio de Juan José y Benita, se transcribe a continuación:

“En esta santa iglesia parroquial del Álamo de Parras, a los veinte y cinco días del mes de noviembre del año del Señor de mil ochocientos cuarenta y tres años, habiendo precedido las tres canónicas moniciones en tres días festivos inter misarum solemnia, que fueron el treinta de octubre, primero y seis de noviembre, yo el presbítero D. Anacleto Lozano, teniente cura, casé y velé in facie eclesie por palabras de presente, preguntándoles su mutuo consentimiento, a Juan José Borrego, de veinte y cinco años, soltero, originario del punto de Santo Domingo de la Punta de esta jurisdicción, hijo adoptivo de D. Francisco Borrego y de Da. Inés de la Peña, con Da. Ma. Benita Rodríguez, de veinte años de edad, originaria y residente de los Hornos, hija legítima de José Antonio Pío Rodríguez y de Da. María Eulogia Salazar. Testigos: D. Onofre Hernández y Guadalupe Muñoz, para constancia lo firmo. [Rúbrica]”. Viesca. Libro Cuarto de Matrimonios 1828-1844. Copia en el centro de Investigaciones Históricas en la UIA-Torreón.

Por ser Juan José de la Cruz Borrego hijo adoptivo, este cronista no pudo rastrear su genealogía ascendente. Sin embargo, mencionaremos la de Benita Rodríguez Salazar, su esposa.

Sus padres casaron el 29 de julio de 1821, en la iglesia del Álamo. Pío Quinto Rodríguez, de 25 años de edad, hijo de Francisco Rodríguez y de María Catarina Cifuentes, casó con María Eulogia Salazar, hija de José María Salazar y de María Jacinta Estrada, ya difuntos.

domingo, febrero 14, 2010

Movimiento sísmico en Saltillo



De acuerdo a la información proporcionada por el diario “Vanguardia” de Saltillo, a eso de las 18 horas de ayer se registró un movimiento telúrico de 3.8 grados en la escala de Richter. El epicentro del sismo se localizó a 21 kilómetros al noroeste de Ramos Arizpe, y se sintió en esa ciudad, en Saltillo y en Arteaga.

Bastante preocupante resulta que la ciudad sede de los poderes estatales, comience a comportarse como zona sísmica. Tanto los tornados como los movimientos sísmicos son fenómenos atípicos de Coahuila. ¿Padeceremos no solamente cambio climático, sino también el cambio telúrico?

sábado, febrero 13, 2010

Marcha y cadena humana por la paz




A través de redes sociales como “Facebook”, algunas organizaciones laguneras que anhelan la paz en La Comarca, convocaron a una manifestación y cadena humana pacíficas que llamaran la atención de las autoridades y de los medios de comunicación, en torno a los hechos de violencia que ha venido padeciendo la ciudadanía. La cita era para hoy sábado, de 12.30 a 15.30 horas en la fuente del pensador de la Alameda Zaragoza.

Muchas personas confirmaron por la misma vía su asistencia, se comenta que no menos de 3 mil. Sin embargo, 60 minutos después de la hora acordada, cuando este cronista pasó por ahí, había tan poca concurrencia en ese lugar, que bien puede decirse que se trató de una convocatoria fallida. Hace dos años, el 22 de agosto de 2008, se llamó a una manifestación semejante, y entonces, miles acudieron. La falta de entusiasmo de hoy solamente puede explicarse por el miedo que la gente experimenta por su integridad física.

viernes, febrero 12, 2010

El tesoro del Colegio Modelo



Entre los relatos que gozan de mayor favor de parte del público lector, se encuentran aquellos que tratan de fantasmas, o de tesoros. Siempre existe cierta fascinación por lo sobrenatural, por la supervivencia del alma y sus comunicaciones desde “el más allá”, y también por los golpes de fortuna que ponen en nuestras manos, riquezas inesperadas.

Una de las narraciones más dignas de crédito referentes a tesoros desenterrados, es la que que data de 1928. Se trata de un “entierro” de sesenta mil pesos en monedas de oro, el cual fue encontrado en el entonces Colegio Modelo, ubicado en la calle falcón número 221.

Este tesoro, según los relatos de 1928, tenía su origen en el entierro que de las monedas de oro que en 1914, tuvo que hacer un pagador del ejército federal, debido a la toma de Torreón por Francisco Villa. El sitio que ocupaba el colegio en 1928, había sido, en 1914, un edificio de dependencias de las fuerzas federales acantonadas en Torreón.

El pagador, temeroso de que el oro cayera en manos villistas, prefirió enterrarlo y huir con las tropas que abandonaban Torreón, y al parecer, nunca volvió. Solamente pudo levantar un croquis del edificio, marcando el sitio donde el dinero estaba escondido. Se cree que este pagador pertenecía a las fuerzas del general Velasco.

Las personas que encontraron el tesoro, fueron la señora Josefina Sánchez de Zambrano, directora del Colegio Modelo, y su esposo, el señor Abraham Zambrano. Estas personas, de alguna manera se hicieron del plano del pagador, y de manera sistemática comenzaron a horadar el piso del colegio, bajo el pretexto de mejoras materiales. Después de largo tiempo y muchas excavaciones, en un pasillo junto a un baño, encontraron un pequeño cofre, el cual contenía las monedas de oro.

Según el relato, la directora del colegio y su esposo encontraron el tesoro hacia finales de noviembre de 1927, y poco después cambiaron su residencia a Los Ángeles, California. Se decía por entonces que el matrimonio había cambiado una cuantiosa cantidad de dinero mexicano por dólares, y que adquirió una magnífica residencia en aquella ciudad californiana.

Fuente consultada: El Siglo de Torreón. Edicíones del 1 y 5 de febrero de 1928.

domingo, febrero 07, 2010

Linaje de insurgentes en La Laguna


Parroquia de San Luis, Colotlán, Jalisco.

El pasado 3 de febrero, escribí en esta Crónica un artículo sobre la familia Torreonense Ugalde-Adame, en el cual demostré su ascendencia hispano-tlaxcalteca a través del noble apellido Escobedo, originario del señorío de Quiahuiztlán, uno de los cuatro reinos de Tlaxcala. Este linaje constituyó una de las 400 familias de tlaxcaltecas nobles que emigraron en 1591 al norte, tras celebrar contrato con Luis de Velasco II.

La familia Escobedo pasó a Colotlán, Jalisco, y de ahí, como uno de los linajes de pobladores de Viesca. Posteriormente pasó a Matamoros, y finalmente, a Torreón (tres poblaciones laguneras de Coahuila) Este apellido Escobedo enlazó con otras familias, como los Guerra, Cifuentes o Sifuentes, Ugalde y otros varias que persisten hasta la actualidad en las tres ciudades mencionadas.

Al estudiar la presencia tlaxcalteca en Colotlán, me enteré de que un miembro de esta misma familia tlaxcalteca Escobedo, radicada en ese lugar y en Viesca, fue un destacado insurgente. Su nombre era Marcos de Escobedo. El gobierno municipal de Colotlán ha publicado una biografía en una página de Internet, la cual transcribo a continuación, por dos razones. Primera, este año festejamos en México el inicio de la Guerra de Independencia (Bicentenario) y segunda, muchos laguneros resultan ser consanguíneos de este héroe nacional, y por lo tanto, encontrarán interesante saber de la vida y la obra de este lejano pariente.

“MARCOS ESCOBEDO (Insurgente).

Marcos Escobedo indio del barrio de Tlaxcala de Colotlán. En 1808 funge como alférez real y gobernador del mismo barrio. El primero de noviembre de 1810 se declara a favor de la independencia nacional y encabezaba, junto con el padre José Pablo Calvillo, a los indios flecheros de la región, acudiendo en auxilio de Don Miguel Hidalgo en Enero de 1811 y participando en la batalla del puente de Calderón, tras la cual regresan a Colotlán con grandes perdidas y el ánimo caído.

En el mes de Febrero Don Marcos Escobedo y el Cura Calvillo enfrentan y derrotan a los realistas Francisco del Real, Juan Lozano y Sebastián Gallegos, quienes se habían adueñado de la plaza en su ausencia. A fines de este mes se enfrentan, en las Canoas, al Cura realista Álvarez, apodado “El Chicharronero”.

El 7 de abril de 1811 se enfrenta con el ejercito del Coronel Pedro Celestino Negrete y son derrotados en la batalla de tierra blanca. Don Marcos Escobedo debió de esconderse durante varios días en un Pozo de lazo, para salvar la vida.

En 1817, Escobedo se levanta nuevamente en armas a favor de la independencia con el apoyo de los pueblos de San Andrés, Chalchihuites y Huejuquilla, retomando el control de la región. Posteriormente se unen las tropas de Tlaltenango y Jerez, e inician una campaña militar hacia Bolaños y posteriormente a Tepic.

El 27 de Septiembre de 1812, Don Marcos Escobedo organizó grandes festejos en Colotlán para celebrar la Independencia de México y la entrada del ejercito trigarante a la capital.

En 1825 Don Marcos Escobedo es nombrado presidente del Ayuntamiento de Colotlán, en cuya función derriba el inservible edificio de las casas consistoriales, para construir el primer Ayuntamiento, así con un rudimentario drenaje que libra la cuidad de devastadoras corrientes de lluvias.

En Noviembre de 1825, en su carácter de jefe político sometió a los naturales de San Andrés del Teúl, quienes descontentos por el reparto de tierras y de cobranza de arrendamiento, acometieron contra el alcalde, el regidor y varios vecinos. Aprehendió a los responsables y los remitió presos a Huejuquilla el Alto, consignándolos al juez de aquella población.

El 7 de Agosto de 1833, muere el insurgente Marcos Marcelo Escobedo a causa de una epidemia de Cólera Morbos que causa enormes estragos entre la población de Colotlán, recibe los santos sacramentos de la penitencia y de la extremaunción de manos del párroco José Tadeo Suárez".

Fuente:
http://www.colotlan.gob.mx/municipio/biografias.html

viernes, febrero 05, 2010

Difícil disyuntiva


Torreón de noche. Toma de Fernando Sosa, Flickr.


El día de hoy, y contra lo acostumbrado, mis alumnos se mostraron notoriamente tristes, desganados y apáticos. Con mucha dificultad seguían los razonamientos de la exposición magistral, y con aun mayor dificultad, participaban en el debate, y eso, los que lo hacían.

Al dejar de lado el tema de clase para iniciar el diálogo en torno a esta situación, quedó claro que estos jóvenes consideran terrible la posibilidad de que los lugares públicos de reunión de fin de semana (“antros”) permanezcan cerrados. Para muchos de ellos, estos sitios constituyen la esencia misma de la diversión juvenil de viernes, sábados y domingos.

La posibilidad de cerrar estos “antros” la ha planteado el gobierno municipal a raíz de las sangrientas balaceras de días pasados en Torreón, las cuales tuvieron por objetivo lugares con estas características.

Sin embargo, la iniciativa privada ha descartado, al parecer, la implementación de esta medida extrema. El impacto económico del cierre sería demasiado significativo, y se sumaría a las ya de por sí malas condiciones generadas por la crisis económica nacional e internacional.

miércoles, febrero 03, 2010

Los eslabones humanos de la herencia hispano-tlaxcalteca




Mi primer libro como Cronista Oficial de Torreón, lleva por nombre “La Comarca Lagunera, constructo cultural. Economía y fe en la configuración de una mentalidad multicentenaria”. Una de las tesis que se manejan en él, es la de la naturaleza transgeneracional de la herencia cultural. Es decir, las cadenas de aprendizaje abuelo-padre-hijo-nieto han permitido la persistencia de la mentalidad y de las costumbres de origen hispano-tlaxcaltecas en los sectores rurales de Torreón, así como en sus clases populares urbanas.

Un buen manejo de las disciplinas genealógicas le permite al investigador contar con una herramienta extraordinaria para determinar, de manera científica, los orígenes étnicos de la población, para demostrar la existencia de los canales de transmisión cultural de generación en generación (lenguaje, mentalidad, costumbres) o bien, para mostrar las rutas y destinos de la migración regional.

Una buena prueba de la existencia de canales humanos que permitieron heredar una tradición hispano-tlaxcalteca virreinal en el naciente Torreón de 1892, lo constituye el caso de la familia Ugalde-Adame, a la cual dediqué un breve apunte en mi artículo del martes 26 de diciembre de 2006, y que ahora explico de manera extensa.

La primera generación.

Es la que se encuentra registrada en el padrón de Torreón de 1892, y está integrada por Pedro Ugalde, de 36 años de edad, empleado, casado con Ceferina Adame, de 21 años. De acuerdo al censo, sus hijos serían Julia, Refugio (bautizada en Matamoros el 7 de septiembre de 1884), María (bautizada en Matamoros el 12 de abril de 1887), Cirila, Camila (bautizada en Matamoros el 23 de septiembre de 1889) Alberto (bautizado en Lerdo, Durango, el 16 de febrero de 1892), y Daniel. Los que nacieron posteriormente fueron Altagracia, Félix y José Juan.

De acuerdo al libro de matrimonios 1870-1885 de la parroquia de Nuestra Señora del Refugio, de Matamoros, Coahuila, Pedro Ugalde y Ceferina Adame se casaron el 27 de noviembre de 1882. En el asiento matrimonial, Ceferina usó su segundo apellido, Ramírez.

Según los registros genealógicos de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, los apellidos de Pedro eran Ugalde Guillén, y los de Ceferina, Adame Ramírez.

La segunda generación ascendente. Los padres de Pedro Ugalde.

Pedro Ugalde nació en Matamoros, Coahuila, en 1860, y era hijo de José de la Cruz Ugalde Escobedo y de Camila Guillén Espino. A su vez, José de la Cruz Ugalde nació en El Álamo de Parras en 1832, y era hijo de Carmen Ugalde y de María Leandra Escobedo; su esposa, Camila Guillén, nació en 1838 en La Vega (de Marrufo, ahora Matamoros, Coahuila) y era hija de Vicente Guillén y de María Josefa Espino, quienes se habrían casado en Viesca el 26 de febrero de 1854.

Tercera generación ascendente. Los abuelos de Pedro Ugalde.

Según la partida de matrimonio de la parroquia de Viesca del 12 de julio de 1830, Carmel Ugalde era originario del mineral de Nieves y residente de Pozo de Calvo en Cuencamé, y casó con Leandra Escobedo, originaria y vecina de la villa de Viesca. [1]

Cuarta generación ascendente. Los bisabuelos de Pedro Ugalde. Línea Escobedo.

Los padres de Leandra Escobedo fueron Matías Escobedo, y María Alvina López, ambos casados en Viesca el 5 de julio de 1807. Según la partida de matrimonio de esa fecha, Matías era indio del pueblo de Viesca, tenía 35 años de edad (nació en 1772), hijo legítimo de José Antonio Escobedo, entonces ya difunto, y de María Guadalupe Montoya. María Alvina, mestiza, tenía 18 años de edad (nació en 1789, originaria de Saucillo) y era hija legítima de Santiago López y de Petra Nolasco Flores. Firma la partida Mariano de Riaño. [2]

Quinta y sexta generación ascendente. Los tatarabuelos y re-tatarabuelos de Pedro Ugalde. Línea Escobedo.

“En la vice parroquia de este Pueblo del Álamo, en quince de enero de mil setecientos sesenta y siete años, como actual teniente de cura, casé in facie eclesie y dí las bendiciones nupciales a José Antonio Escobedo, indio Tlaxcalteco de San Luis de Colotlán, y actual de este Pueblo, hijo legítimo de Diego Felipe de Escobedo y de Luisa Isabel, Tlaxcaltecos de este Pueblo, con Josefa Guadalupe Montoya, española, hija legítima de Gregorio Montoya y de María Isabel Dorotea, difunta, originarios del Real de Nieves, y residentes de esta jurisdicción de diez y seis años a esta parte, para cuyo efecto precedieron todas las diligencias de libertad, soltura, impedimentos y demás que manda el Santo Concilio de Trento. Supieron la doctrina cristiana. Fueron padrinos Alejo Rey y Francisca Ángela, indios de este pueblo. Testigos: Francisco Muñoz, Francisco Cervantes y Pedro Alejo, con otros muchos, y yo como actual ministro, lo firmé. Pedro Thomás Pamplona [Rúbrica]”. [3]

Gregorio Montoya casó en segundas nupcias el 26 de diciembre de 1757, en Viesca. Era vecino de Viesca, viudo en primeras nupcias de Isabel Dorotea de Aguilera, española vecina de Santa Elena del Río Grande. [4]

Los Ugalde-Adame constituyeron una de aquellas familias de origen hispano-tlaxcalteca que nutrieron la inmigración de origen regional hacia Torreón. Fueron familias de Parras las que poblaron inicialmente a San José y Santiago del Álamo (después Viesca); sus descendientes poblaron Matamoros y posteriormente se asentaron en nuestra congregación, villa o ciudad de Torreón. Estas eran familias que seguían las oportunidades donde éstas surgían. Gente deseosa de progresar en la vida, ni conformista ni fatalista. Gente de trabajo.

Referencias:

[1] Libro Cuarto de Matrimonios 1828-1844. Copia en el Centro de Investigaciones Históricas de la UIA-Torreón.

[2] Libro Tercero de Matrimonios (1788-1827) Tomo I. Copia en el Centro de Investigaciones Históricas de la UIA-Torreón.

[3] Libro Primero de Matrimonios 1733-1778. Copia en el Centro de Investigaciones Históricas de la UIA-Torreón.

[4] Libro Primero de Matrimonios 1733-1778. Copia en el Centro de Investigaciones Históricas de la UIA-Torreón.

La paz, desterrada




Torreón fue quizá la ciudad más pacífica y más segura de la República Mexicana. A pesar de los sarcasmos y de las bromas de muchos connacionales que expresaban que, seguramente, los torreonenses constituíamos una comunidad de "argentinos" afincados en el desierto (“argentinos” por nuestra gran autoestima), la verdad es que, entre muchos otros motivos, la paz y la tranquilidad con que se vivía aquí, representaba nuestro orgullo.

Pero las circunstancias políticas, económicas y sociales de México y del mundo han cambiado, y han afectado la paz de nuestra comunidad. El peligro de muerte violenta y la inseguridad se han vuelto condiciones de la vida cotidiana, y esto era algo impensable apenas en la víspera de las celebraciones del centenario de la elevación de Torreón al rango de ciudad. Como han cambiado las cosas…