Escudo de Torreón

Escudo de Torreón

martes, julio 31, 2007

Documentos "expósitos"

Por una nota periodística nos enteramos de que unas cajas de papeles, al parecer procedentes del Registro Público de la Propiedad, fueron abandonadas a su suerte en algún lugar solitario de la colonia Torreón Jardín.

Es claro que muchos ciudadanos no acaban de entender el valor de la información que dichos “papeles viejos” aportan al científico social o al historiador. Los datos que contienen puede ser únicos e irremplazable, útiles para el conocimiento de nuestra ciudad y de los fenómenos que han tenido lugar en ella.

Cualquier dependencia municipal, estatal o federal que custodie esta clase de papeles, tiene una gran responsabilidad, por ser garante de la integridad de los documentos, de su correcto almacenamiento e inventariado, y de su consulta por los usuarios interesados.

Si una de estas dependencias oficiales carece de presupuesto y de espacio para seguir almacenando documentos, sean originales o copias, y puede justificar legalmente el deshacerse de éstos, lo correcto sería ofrecerlos en donación a alguno de los archivos de la ciudad, como el Archivo Municipal o el Archivo del Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad Iberoamericana Laguna.

No hay justificación para que abandonemos nuestro legado histórico a su suerte.

domingo, julio 29, 2007

Nuevo libro de Cronista Emérito

Vaya por esta vía una cordial nota de felicitación para el Cronista Emérito de Torreón, Lic. Homero del Bosque Villarreal, con motivo de la presentación de su libro “Torreón 1907 – 2007, cien años de ciudad".

Estamos seguros de que su nuevo libro continuará la obra y estilo a que nos ha acostumbrado con sus textos anteriores.

Ha pasado tiempo desde que el Lic. Del Bosque fue mi maestro de Derecho en la Preparatoria Carlos Pereyra, pero sigue tan activo como siempre. Enhorabuena…

Innovaciones agrícolas en 1917

Es bien sabido, y siempre ha llamado la atención, que la Comarca Lagunera ha sido una región muy abierta a las innovaciones tecnológicas. Hubo innovación en el siglo XVII cuando se adoptó una tecnología europea para la fabricación de vinos y aguardientes en la alcaldía mayor de Parras, Laguna y Río de las Nazas. También la hubo en 1837, cuando se instaló la primera fábrica de hilados y tejidos de algodón operada por fuerza hidráulica. Las puertas a la tecnología mundial se abrieron de par en par cuando se inauguraron las rutas del ferrocarril. Con el paso o asentamiento de inmigrantes y trabajadores de todo el mundo, llegaron las tecnologías del vapor, de la energía eléctrica y del motor de combustión interna.

Concepto típico de la revolución industrial era el uso de la energía motriz artificial en las actividades productivas del ser humano. Un caso interesante fue el de la aplicación de la energía generada por los motores de combustión interna, a las actividades agrícolas.

En la Comarca Lagunera, y concretamente en Torreón, los tractores de gasolina ya estaban presentes y dando buenos resultados en 1917, antes del fin de la Primera Guerra Mundial. Un artículo periodístico de la época menciona que por disposición de la Secretaría de Fomento, se distribuyeron 30 tractores de gasolina que el Gobierno de México adquirió de los EE.UU. para el momento de las obras de siembra y cosecha de algodón en la Comarca Lagunera. Según esa fuente, los resultados eran magníficos, ya que permitían el ahorro de más del 50% de los gastos respectivos, y la siembra resultaba pareja.

En enero de 1918, otros veinte de estos tractores fueron enviados a Torreón para apoyar las labores de siembra del algodonero.

Fueron tan contundentes los resultados, que muchos agricultores optaron por ir a Dallas a comprar personalmente su maquinaria agrícola. Así, el “Examiner de Mc Kinney” (Texas) publicó una nota que decía literalmente

“Dos ricos mexicanos de Torreón, Coahuila, han venido a Dallas por primera vez, a pagar la visita de los excursionistas comerciantes de esta población, y a comprar doce mil pesos de maquinaria. Uno de los viajeros, Eduardo González, es el propietario de la hacienda de Carlos González, que es la hacienda algodonera más grande del mundo. Esta hacienda tiene veinticinco mil acres de terreno, y no se cultiva en ella otra cosa que algodón. El señor González también posee otras haciendas, una de ellas de sesenta y ocho mil acres, donde se levanta trigo.

Acompaña al señor González su primo S. N. Dafinder, que también está interesado en sus negocios”.
Véase “El Informador” (Guadalajara), 24 de diciembre de 1917; 21 enero 1918; 25 de julio de 1919.

viernes, julio 27, 2007

112 años de la Primera Iglesia Bautista



En días pasados recibí una atenta invitación para asistir a una serie de conferencias que se impartirán en la Primera Iglesia Bautista de Torreón con motivo del centenario de la ciudad, y del 112 aniversario de la edificación del templo frente a la plaza de armas, el cual fue inaugurado en 1895.

Una de estas conferencias tiene que ver con la historia de la presencia bautista en México y en La Laguna. Seguramente en esta se mencionará el origen de la iglesia que se encuentra en la calle Cepeda, y que al parecer es la más antigua de Torreón.

Aunque debo aclarar que soy católico y que nunca he sido miembro de ninguna denominación de la Reforma, estoy enterado de que los bautistas derivan de las corrientes anabaptistas cristianas de Europa. Es decir, esta iglesia se formó con creyentes que no aceptaban el bautismo de niños, y que por lo tanto decidían re-bautizarse (anabaptizare, anabaptizein) ya adultos. Al sufrir persecución en el Viejo Mundo pasaron a las 13 colonias inglesas, y con el tiempo, fundaron dos grandes ramas, los Bautistas del Norte y los Bautistas del Sur. Su teología pone énfasis en la santidad de vida y costumbres.

De Estados Unidos pasaron a México en la medida en que hubo misioneros o inmigrantes permanentes o temporales en nuestro país. Es fácil imaginar que una buena parte de los primeros colonos que se establecieron en Torreón eran bautistas, y que por ello su iglesia es de las primeras que se edificaron.

En Torreón, ciudad de inmigrantes, hay muchas minorías. Sería muy interesante, con el tiempo, ir mencionándolas a todas. Si en 1907 éramos cosmopolitas, en el 2007 somos plurales.

Camino al acuerdo

En días pasados hemos sido testigos de una confrontación entre el Municipio de Torreón y el Gobierno del Estado de Coahuila.

El Municipio de Torreón presentó una controversia constitucional ante la Suprema Corte contra la Secretaría de Desarrollo Regional, porque, según se dice, ésta no ha informado —a satisfacción del Municipio— sobre ciertas obras de beneficio común.

De acuerdo con algunos medios informativos, el día de ayer el Gobernador del Coahuila y el Alcalde de Torreón, aprovechando la visita del presidente Felipe Calderón, se pusieron a dialogar con el fin de resolver lo que parece ser una de las mayores fricciones entre el gobierno estatal y el municipal en mucho tiempo.

Para el ciudadano promedio, es muy difícil de entender lo que sucede en los ámbitos político y administrativo, y porqué sucede. Pero, sin duda alguna, lo que sí le resulta muy evidente son todas las molestias que ocasionan las obras públicas que se eternizan a medio construir, sea el distribuidor vial o el nudo mixteco. Y alguien perderá popularidad a causa de ello.

Por el bienestar de la ciudadanía, es muy conveniente que nuestro gobernador y nuestro alcalde lleguen al consenso y al acuerdo en un clima de cordialidad sincera. Estamos seguros de que así sucederá, y el torreonense promedio quedará agradecido.

Visita del presidente Calderón

El día de ayer el Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, hizo una breve visita a nuestra ciudad. El objetivo era el de inaugurar el “XXI Encuentro Nacional de Vivienda 2007” organizado por la Cámara Nacional de la Vivienda (Canadevi) en Torreón.

Estuvieron presentes el Gobernador del Estado de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, el alcalde de Torreón, José Ángel Pérez Hernández, y funcionarios y empresarios relacionados con la construcción, financiamiento y dotación de viviendas.

El presidente Calderón aprovechó este foro para anunciar que se ponía en marcha el programa “Esta es tu casa”, por medio del cual las personas con ingresos inferiores a cuatro salarios mínimos podrán recibir créditos para adquirir viviendas de 180 mil pesos, mas el anticipo para enganchar la casa.

El presidente Calderón explicó que, mediante la implementación de este nuevo programa, se amplían las posibilidades de adquirir vivienda para un número significativo de mexicanos que no tenían esta oportunidad. Dijo que sentía que tenemos la obligación moral de trabajar para saldar la deuda social con aquéllos que menos tienen.

El presidente Calderón afirmó que durante los próximos 20 años deberán construirse más viviendas que las que se edificaron durante todo el siglo XX.

miércoles, julio 25, 2007

Economía vs. estética

Las fotografías antiguas de Torreón muestran que su centro histórico tenía una apariencia armónica. Y esto, porque sus edificios eran coetáneos, es decir, se construyeron durante la misma época —un período relativamente breve— y sus estilos arquitectónicos eran bastante congruentes entre sí.

Tengo en mente sectores como los de la avenida Hidalgo, donde en dos o tres cuadras destacaban los edificios del Hotel Salvador, La Suiza, el Banco de Coahuila, el edificio de Correos, el edificio Arocena. Tan solo de estos mencionados, casi la mitad ya no existe.

La verdad es que los Torreonenses confundimos “lo antiguo” con “lo viejo”. Desde el punto de vista popular, una antigüedad tiene valor económico, por eso hay tiendas que compran y venden antigüedades. Pero a “lo viejo” no le conferimos gran valor. Lo viejo lo tiramos a la basura, o pagamos para que se lo lleven. Esto demuestra que nuestra percepción de los objetos del pasado que han sobrevivido hasta el día de hoy, es eminentemente económica, pragmática. Cuando pensamos en tesoros, imaginamos cofres llenos de monedas de oro. Si las monedas son raras o no, no nos interesa, nos interesa la fortuna que haremos al venderlas.

Los torreonenses nunca hemos valorado los edificios del centro histórico, solamente el terreno en el que se encuentran construidos. Porque el terreno se puede vender (o comprar) para construir nuevos edificios. Si el edificio “viejo” que se eleva sobre el terreno tiene influencia “Nouveau”, “Decó” o “Mudéjar”, no nos interesa. Son edificios “viejos” “que se pueden tirar”. Éstos “no valen sino por el terreno sobre el que están edificados”.

Con estos criterios en mente, resulta claro que a los torreonenses, o al menos a quienes se dedican a la compra y venta de bienes raíces, no les interesan los méritos estéticos, históricos o arquitectónicos de los edificios “viejos”. Ni la armonía o unidad del centro histórico de la ciudad, ni el patrimonio cultural de los torreonenses.

En nuestra ciudad ya tuvimos muchos casos lamentables de edificios que desaparecen por criterios económicos, a veces en contra del clamor popular. Gracias a la falta de penalización (legal o real) de estos actos vandálicos, nuestro centro histórico, que era el de una ciudad opulenta, ahora pareciera el de una ciudad fronteriza.

jueves, julio 19, 2007

Museo del Algodón



Por invitación especial, estuve ayer en la Sala de Cabildos de la Presidencia Municipal junto con otras personas relacionadas con la historia, el arte y la cultura de Torreón. Tuve oportunidad de escuchar sobre el proyecto preliminar del Museo del Algodón.

Este interesante museo, a través de las exhibiciones de artefactos, de cédulas, de material gráfico, fotográfico y audiovisual, pondrá de relieve aquellas cosas que nos enorgullecen como torreonenses: nuestros valores, identidad, tradición, iniciativa, constancia, tenacidad y desarrollo.

Se trata de lograr la vivencia, la experiencia y el acercamiento al conocimiento con criterios estéticos.

No solamente mostrará la historia del aprovechamiento de los recursos hídricos regionales, sino que en su temática principal, nos dará a conocer la historia del algodón en la Comarca Lagunera desde el siglo XVIII, así como la historia del aprovechamiento de la fibra.

Sin duda alguna, este proyecto llenará un gran vacío en nuestra historia económica regional.

lunes, julio 16, 2007

Página Web del Museo Arocena


Hace unos días, recibí una atenta nota de la Lic. Rosario Ramos, Directora del Museo Arocena. En ella, me notificaba que la página Web del Museo ya se encuentra en servicio en http://www.museoarocena.com/


Hice un recorrido virtual por la misma, y veo que todo lo que uno debe saber sobre este museo se encuentra ahí: ubicación, colecciones permanentes e imágenes de las mismas, exposiciones temporales, talleres que se ofrecen al público, guías de recorridos, horarios, precios, etc.

La presencia virtual de este museo, sin duda alguna incrementará el interés de los laguneros por conocerlo, o bien, para participar en los talleres, conferencias y actividades culturales que ofrece actualmente.

domingo, julio 15, 2007

Porfirio Díaz y las exportaciones torreonenses

Es bien sabido que durante el Porfiriato, la consigna positivista seguida por este caudillo y sus sucesivos gabinetes era la de obtener a toda costa “Orden y Progreso”. El Positivismo surgió en Francia como una doctrina opuesta a los principios de la Revolución Francesa, movimiento que, a los ojos de Augusto Comte, solamente produjo desorden y retroceso. El positivismo, en cambio, ponía énfasis en la racionalidad y en la ciencia.

Bajo este esquema, Porfirio Díaz abrió el país a la inversión extranjera, buscando establecer un capitalismo que elevara a México sobre su estatus de simple nación exportadora de materia prima. Porfirio Díaz estaba interesado en la exportación de manufacturas mexicanas.

Para 1910, la floreciente ciudad de Torreón producía telas, jabones y otras manufacturas. Sin embargo, cuando vemos la lista de exportaciones torreonenses a los Estados Unidos, notamos que se trata de materias primas casi al 100%.

En 1910 el valor de las exportaciones torreonenses a los Estados Unidos durante el primer trimestre, fue el siguiente, de mayor a menor:

Guayule $3, 934, 330.07; plata $1, 173, 354.11; pieles sin curtir, $399, 356.32; oro, $306, 067.09; plomo, $293, 863.48; pieles curtidas, $87,724.42; arsénico, $21, 811.44; glicerina cruda, $20, 816.10; semilla de algodón, $11,587.28; cerda, $3, 224.42;
mercurio, $765.05; guano, $586.17; cuerno $305.05 y maquinaria, $305.05.

Es evidente que a finales del Porfiriato, y por lo que se refiere a la industria y comercio internacionales, Torreón contaba con un esquema de capitalismo dependiente. Se exportaban más bien materias primas.

La información sobre las exportaciones torreonenses procede del periódico “La Iberia”del jueves 21 de abril de 1910, p. 2.

Visita del profesor Arturo Berrueto González

El pasado viernes 13 de julio tuve la oportunidad de saludar al profesor don Arturo Berrueto González, Director General del Consejo Editorial del Estado de Coahuila. Con él se encontraba el conocido historiador don José León Robles de la Torre, el empresario Ricardo Haces Gil y otras personas.

El profesor Berrueto González, persona ampliamente conocida y estimada, se desempeñó como alcalde de Saltillo 1970-1972. En esta ocasión, su presencia en nuestra ciudad obedeció, entre otras razones, a la visita que tenía agendada a las instalaciones de Carmona Impresores, S.A. de C.V.

Durante el recorrido, el profesor Berrueto González tuvo la oportunidad de constatar lo moderno y funcional de las instalaciones de esta firma, cuya cartera de clientes abarca una buena parte de la República Mexicana.

jueves, julio 12, 2007

Matamoros, asaltado en 1921

El diario tapatío “El Informador” publicó en su edición del 10 de noviembre de 1921 la nota de su corresponsal en Saltillo. El encabezado decía “A Matamoros de La Laguna penetró un grupo de bandidos y robó la casa comercial de un árabe”.

Dice el texto:

“Comunican de Torreón que acaba de recibir, la población de Matamoros de La Laguna, localidad de significación en la región lagunera, la desagradable visita de una banda de malhechores, quienes, en número de 16, entraron de súbito a la población, con el objeto de perpetrar robos, lo cual efectuaron, pues asaltaron la casa comercial del señor Jorge Batarse, de nacionalidad árabe.

Los hechos tuvieron lugar anoche, y fueron comunicados por el Presidente del Ayuntamiento del Municipio de Matamoros de la Laguna, al señor General Almazán, quien se encuentra en Torreón, y tiene sus fuerzas operando en la región lagunera.

Los agentes de la Policía de Matamoros de la Laguna se portaron completamente de acuerdo con su deber, pues, tan pronto como tuvieron noticia de la presencia de los bandidos, acudieron a batirlos, habiéndose entablado en las calles de la población un reñido tiroteo entre los malhechores y los agentes del orden, hasta que lograron estos últimos desalojar de los lugares en donde se habían parapetado los 16 ladrones, quienes emprendieron precipitada fuga, llevándose el producto del robo que habían cometido al establecimiento del señor Batarse.

Matamoros de la Laguna cuenta con Policía montada, y ésta fue la que se encargó de la persecución de los malhechores, ya que los mismos habían abandonado, en su fuga, la localidad.

Los gendarmes montados salieron en persecución de los bandidos, habiendo conseguido darles alcance en la Hacienda de San Rafael, donde se entabló nueva refriega, en la que dos de los ladrones fueron heridos, y otro fue muerto.

Los dos heridos quedaron tendidos en el campo, y fueron capturados por la Policía. Los restantes huyeron. Parte de lo robado fue recuperado.

Las noticias que sobre lo anterior han llegado de Torreón, hacen saber que, según rumores, los bandidos de que se trata proceden de la región inmediata a San Pedro de las Colonias, y van con dirección a la población de San Marcos”.

martes, julio 10, 2007

Breve nota autobiográfica

En vista de que varios de los artículos que he escrito han despertado el interés de algunas personas, y de que éstas me han hecho llegar preguntas que giran en torno a mi lugar de origen, antecedentes familiares e inclinaciones religiosas y políticas, he decidido escribir —por única vez y solo como una atención a dichos lectores— alguna información sobre estos puntos.

Nací en Torreón el jueves 12 de octubre de 1950. Mi padre, don Félix Edmundo Corona de la Fuente fue un hombre intachable, empresario de pequeño capital (maquinaria de construcción) experto e innovador en pavimentaciones asfálticas, asesor de varias compañías.[1] Mi madre es doña María Concepción Páez Martínez Vda. de Corona, mujer fuerte, virtuosa y admirable. Ambos se establecieron en Torreón en la década de los treintas. Fue aquí que se conocieron, se trataron, se casaron y forjaron una familia de cinco hijos, de la cual soy el cuarto.

Aunque mi padre nació en Monterrey (el 7 de octubre de 1911) su familia paterna procedía de Puebla, y la materna, del sur de Coahuila desde la fundación de Saltillo en 1575. De hecho, su quinto abuelo, don José Tadeo de la Fuente y González de Paredes, era descendiente (retataranieto) por la rama materna, del portugués don Alberto del Canto y de doña Estefanía de Montemayor y Porcallo, el primero, fundador de Saltillo; la segunda, hija del fundador de Monterrey.[2]

Mi madre nació el 7 de junio de 1922 en la ciudad de San Luis Potosí, donde se yergue lo que queda de la vieja casa familiar de cantera, frente al parque del templo de San Sebastián, ahora convertida en multicolor colegio Montessori. El abuelo paterno de mi madre, don Rafael Páez Saavedra, era hijo del condecorado general Jerónimo Páez y Saavedra, destacado militar y político quien, entre muchos otros puestos, desempeñó los de Alcalde de San Salvador y Diputado de la Asamblea Legislativa del Salvador (1833, 1834) Presidente de la misma (1831), Comandante Militar, Intendente de Hacienda y Juez de Primera Instancia de Izabal para detener el avance inglés de Belice (1840). Fue Ministro de Estado en el Despacho de Hacienda y Guerra (4 junio 1845) Era asimismo dueño de la Hacienda de Sabanetas, en Chiquimula, Guatemala.[3]

La abuela paterna de mi madre, doña María Felipa de San Juan Sánchez Gutiérrez debió ser una mujer muy atractiva, puesto que el que habría de ser su marido, el ya mencionado Rafael, que la conoció después de un viaje de meses alrededor del mundo, por ella decidió quedarse en México y nacionalizarse. Se casaron el 7 de enero de 1863 en San Luis Potosí. Los Sánchez Gutiérrez poseían la hacienda potosina de “San Martín”, unos 60 kilómetros al oriente de la capital del estado. Ahí criaban bonitos caballos que se vendían en la famosa “feria de Lagos”.

Por su familia materna, mi madre proviene de los Martínez Saldierna, familia colonial de terratenientes de Alaquines, en la Huasteca Potosina, donde poseían la Hacienda e ingenio azucarero de “Las Tuzas”. Mi abuela materna heredó una buena porción, pero el reparto agrario acabó con la vieja propiedad.

Es fácil de entender que desde niño me haya gustado la investigación histórica, precisamente a causa de todos aquellos fascinantes relatos conservados en la memoria familiar. Como le explicaba a una persona que recientemente me entrevistó, lo primero que hice una vez que supe leer y escribir, fue interrogar a los ancianos de mi familia, quienes conservaban en la memoria datos preciosos que abarcaban generaciones completas. Gracias a los apuntes que obtuve, pude documentar y validar sobradamente lo que hasta entonces era una simple tradición oral. Así pues, desde pequeño entendí la importancia de los documentos y de los archivos.

Con ese contexto histórico familiar, me resultó muy fácil entender que los bienes materiales “vienen y van”, pueden estar una generación y desaparecer en la siguiente a causa de siniestros, revoluciones (el depósito comercial de leña “El Siglo XX” de los de la Fuente en Monterrey, de hectáreas de superficie y con vías férreas propias, ardió en una sola noche a manos de los revolucionarios) repartos, o mala fortuna. Los relatos me enseñaron a ver que lo que realmente vale son las personas y sus buenas obras, no sus fortunas. La verdadera nobleza es la del corazón. Desgraciadamente hay individuos que prefieren darse un balazo antes que aceptar que han perdido sus recursos materiales. Esa gente débil piensa que sin una cartera abultada no son nada, no son nadie.

Por estas razones, siempre he sido ferviente defensor de la dignidad del ser humano. Todo mundo tiene derecho a la integridad de su propia persona, de su familia y de sus bienes, todo mundo tiene derecho a ser respetado, sin que importe su raza, credo, o posición social. Siempre he sido un convencido pacifista, y por ello he repudiado y repudiaré toda forma de violencia o agresión.

En el terreno de la fe, soy creyente católico, enfáticamente bíblico y nada clerical. Nunca he tenido militancia, y ni siquiera inclinación, por ningún partido político. Como analista de la realidad social y como cronista de la ciudad, es mejor así.

Mi esposa Olga Patricia y yo hemos cumplido 25 años de feliz matrimonio, y nuestro hijo Sergio termina la universidad.

Espero con esto haber respondido las preguntas de aquellas personas que me escribieron. Si consideran que su curiosidad investigativa llega al punto de requerir documentación probatoria, particularmente sobre la historia familiar, con el mayor gusto la proporcionaré.
Notas

[1] Algunas de sus aportaciones aparecieron publicadas en la revista “Ingeniería Internacional Construcción”, revista internacional de la Reuben H. Donnelly Corporation.

[2] Esta información es bien conocida entre los genealogistas mexicanos y estadounidenses que estudiamos a los descendientes de Alberto del Canto. Por otra parte, presenté esta genealogía con todas sus generaciones en el Primer Encuentro Binacional de Historia Familiar efectuado en Ramos Arizpe en el 2006.

[3] La familia “Páez-Monteseros” a la que pertenecía mi tatarabuelo Jerónimo, es de las más antiguas de Guatemala, El Salvador y Honduras. Está perfectamente estudiada, generación por generación, por don Ramiro Ordóñez Jonama (Embajador y Viceministro de Relaciones Exteriores de Guatemala y miembro de varias academias) en su libro “La familia Buonafede de Zacapa, y sus descendientes en Guatemala, El Salvador y Nicaragua”.

viernes, julio 06, 2007

Los "billetes incómodos"

Hace algún tiempo mencionábamos que a la moneda, además de sus funciones puramente económicas, se le pueden asignar otras, de manera indirecta. Precisamente porque es circulante “circula”, la moneda tiene la posibilidad de ser vista y leída por mucha gente.

En este sentido, una moneda o un billete pueden ser cargados de “mensajes” a partir de los códigos o símbolos que porte. Y como nadie en su sano juicio se deshace de un billete o una moneda de cierto valor, salvo en caso de que requiera del intercambio de bienes o servicios, el mensaje tiende a perpetuarse y a ser recibido y decodificado por mucha más gente.

Durante la era colonial, en La Laguna y en el resto de la Nueva España se usaban monedas que representaban dos mundos bajo una sola corona. El mensaje era claro: el Viejo y Nuevo Mundos eran uno solo, bajo el gobierno de un rey, y con una sola religión. El circulante creaba o reafirmaba la identidad de los laguneros como miembros de una nación occidental llamada España. La moneda podía reforzar lealtades.

Muchos recordamos casos en que algunos slogans de protesta política eran impresos por medio de sellos en el papel moneda. Los disidentes graffiteros conocían el valor propagandístico de los billetes, que eran usados como foros itinerantes. Pero el Banco de México también conocía el valor que los billetes tenían para sus dueños, y emitió una circular a los bancos para que ninguno aceptara de los usuarios esos billetes vandalizados. A partir de ese momento, nadie quiso recibir uno de esos billetes sellados, y se inhabilitó la cadena comunicativa de los disidentes.

Existen también los casos de “piratería” emblemática. Es más fácil adoptar un símbolo o un icono que ya está en circulación, que crear uno y popularizarlo. Tal es el caso de los actuales billetes de 20 pesos, que muestran a Juárez y el águila que le sirvió de emblema. Pero esa águila es la misma que adoptó López Obrador como icono representativo de su autodesignado “gobierno”. Y podría decirse que, por estas razones, a nuestro billete de 20 pesos ya “lo besó el diablo”. Por lo tanto, se ha convertido en un billete indeseable, incómodo.

El Banco de México recién ha anunciado que saldrá a la circulación un nuevo billete de 20 pesos, en el cual ya no aparecerá la representación del águila juarista, sino un libro abierto y una balanza.

Pero más allá de la simbólica lucha de emblemas, cualquier mexicano sensato entiende que empecinarse en una resistencia originada en un supuesto fraude electoral (nunca se ha probado cabalmente) aun a costa de la estabilidad política de la nación, se acerca demasiado a la locura o a la traición. Porque los únicos que saldrán ganando con el debilitamiento de nuestras instituciones políticas, serán los intereses extranjeros. Desde el punto de vista histórico, siempre ha sido así.

jueves, julio 05, 2007

Maximiliano y su decreto sobre inmigración

El presente artículo es un mero apunte para la historia de la inmigración en México, y en particular, para la Comarca Lagunera. Se trata de una transcripción del decreto de Maximiliano del 5 de septiembre de 1865, el cual apareció publicado en el diario monárquico “The Mexican Times”, de la ciudad de México, en su edición del 16 de septiembre de dicho año, en la página 2.

El artículo original del Times que contextualizaba el decreto, mostraba las grandes ventajas de la inmigración extranjera hacia México, sobre todo por lo que se refería al deseado incremento sustancial de la población, la transferencia tecnológica que esta colonización suscitaría, así como la posibilidad de explotar cultivos potencialmente benéficos para nuestro país, como el algodonero.

Es de llamar la atención que este decreto, que se promulgó al término de la Guerra Civil de los Estados Unidos, abría las puertas de México a todas las etnias, sin prejuicios raciales (incluso a los negros esclavos, que quedarían libres por el solo hecho de pisar suelo mexicano) y también garantizaba libertad de conciencia y de culto a los inmigrantes, cualquiera que fuera su religión.

Una vez descarrilado el Segundo Imperio Mexicano, los liberales —particularmente Porfirio Díaz— incorporaron a su agenda política el decidido apoyo a la inmigración extranjera, si bien, como hemos visto en artículos anteriores, este impulso estaba permeado de ciertas doctrinas racistas, como las del positivista inglés Herbert Spencer.

La presente transcripción del decreto es una traducción mía, ya que el original está en inglés, por ser ese el idioma en que se editaba The Mexican Times.

“Considerando la escasez de población en el territorio Mexicano relativamente a su extensión, deseando dar todas las seguridades posibles de libertad y propiedad a los inmigrantes, a fin de que sean buenos Mexicanos, sinceramente adictos a su nueva patria, oído el parecer de nuestra Junta de Colonización, decretamos:

Art. I. México está abierto a la inmigración de todas las naciones.

Art. II. Se designarán agentes de inmigración, quienes serán pagados por el gobierno, y cuyos deberes serán los de salvaguardar la llegada de dichos inmigrantes e instalarlos en las tierras que se les asignen, así como asistirlos de toda manera posible en su establecimiento. Estos agentes recibirán órdenes de la Comisión Imperial de Inmigración especialmente designada por nosotros, a la que deberán dirigirse todas las comunicaciones relacionadas con la inmigración a través del Secretario de Fomento.

Art. III. Cada inmigrante recibirá un certificado inconmutable de propiedad de tierra debidamente legalizado, y la constancia de que ésta se encuentra libre de cualquier clase de gravamen.

Art. IV Dicha propiedad estará libre de impuestos por el primer año, y también de derechos en caso de venta de la propiedad, pero solo para la primera venta.

Art. V. Los inmigrantes deberán naturalizarse tan pronto como se hayan establecido como colonos.

Art. VI. Los inmigrantes que deseen traer trabajadores con ellos, o inducirlos a venir con ellos en número considerable, cualquiera que sea su raza, están autorizados a hacerlo; pero esos trabajadores estarán sujetos a especiales regulaciones protectoras.

Art. VII. Los efectos de los inmigrantes, sus animales de trabajo y de cría, semillas, implementos agrícolas, máquinas y herramientas, entrarán libres de aduana o derechos de tránsito.

Art. VIII. Los inmigrantes estarán exentos de servicio militar por cinco años, pero formarán una milicia estacionaria, para fines de protección de sus propiedades y vecindarios.

Art. IX. La libertad para el ejercicio de sus respectivas formas de culto religioso está garantizada a los inmigrantes por la Ley Orgánica del Imperio.

Art. X. Cada uno de los Ministros es responsable de hacer cumplir las partes de este decreto en lo que incumba a sus Departamentos.

Dado en Chapultepec el día 5 de septiembre de 1865.

Maximiliano.

Al Ministro de Fomento.

Por el Emperador.

Manuel Orozco y Berra, subsecretario, en ausencia del Ministro de Fomento”.

miércoles, julio 04, 2007

Racismo de Estado a finales del siglo XIX


Prueba contundente de que en México existía un racismo de Estado a finales del siglo XIX y principios del XX, la constituye la siguiente transcripción de un artículo del periódico oficial de Coahuila. Este texto, que se nutre en las fuentes de doctrinas nefastas como el darwinismo social y del espencerianismo, enaltece el concepto de raza y de supremacía racial. Presupone falsamente que los valores culturales se transmiten de manera biológica. Y con esta falsa razón, discrimina y denigra a los mexicanos y a los chinos, a la vez que enaltece a los extranjeros de origen germano.

¿Cómo no iba a ocurrir una matanza de orientales bajo el bombardeo de estas ideas racistas? Y, ¿acaso no iban a ser tomadas en cuenta por el pueblo, si venían envueltas en la oficialidad de un periódico gubernamental? La generación de mexicanos que protagonizó los sucesos de 1911, bebió de esas fuentes. Por esta razón, no me cansaré de insistir en que debemos reconocer el principio de causa-efecto, donde la matanza fue un efecto, y el principio, las ideas racistas que permitimos que fueran propagadas y difundidas.

Pero, volviendo a la razón de este artículo, inserto parte del texto mencionado:

“Periódico Oficial del Gobierno de Coahuila de Zaragoza. Saltillo, Lunes 24 de julio de 1882. Núm. 22. Las leyes, decretos y demás disposiciones superiores, obligan por el solo hecho de publicarse en este periódico”.

“Editorial. La inmigración. Artículo segundo. Hemos dicho que la inmigración es el problema que resolverá el porvenir de México, y ahora agregamos que las medidas que se adopten por los poderes públicos acerca de los inmigrantes que convienen a nuestros intereses y a nuestras instituciones, depende que ese porvenir sea grande y halagüeño”.

“Pero cuestiones son éstas que no nos corresponde tratar hoy, limitándonos a consignar el deber imperioso, y la necesidad y hasta la conveniencia de nuestros gobiernos y nuestras sociedades para mejorar esa raza [indígena], para despertarla de su marasmo, para devolverle la energía y la actividad y la grandeza que le distinguiera bajo el mando de Moctezuma y Guatimoc, y sobre todo, para convertirla en una raza trabajadora, y en vez de perjudicial, útil y benéfica a sí misma y a la patria".

“Necesita el cruzamiento con razas europeas descendientes del sajón o del cimbrio o del teutón, pero nunca de su misma raza latina, ni mucho menos de la mongola.

Si vinieran a poblar y cultivar nuestro suelo, los chinos por ejemplo, en lugar de ser benéfica para nuestra patria la inmigración, no sería mas que un mal más agregado al número ya crecido de los que nos aquejan”.

domingo, julio 01, 2007

Informe de 1911 sobre la matanza de chinos

Como consecuencia de la terrible matanza de chinos en Torreón, fue designada una comisión especial del Imperio Celeste. Esta fue constituida desde Pekín (Beijing) con el objeto de estudiar los perjuicios sufridos por los chinos en México durante los primeros meses de la Revolución de 1910. Esta comisión salió hacia México desde El Paso, Texas, el 22 de agosto de 1911.
Entre sus miembros estaba el reconocido diplomático Owyang King, ministro Chino en Vancuver y en Panamá. Esta comisión determinó que en Sinaloa, Sonora y Territorio de Tepic hubo 16 muertos, y daños por $120,000 pesos. Se descubrió que 216 empresas de chinos pagaban indebidamente contribuciones forzosas. Las pérdidas de los chinos en Torreón se calcularon en millón y medio de pesos.

Sobre la matanza del 15 de mayo en Torreón, la comisión especial constituida por el mencionado señor Owyang King, Arturo Bassett y el Lic. Antonio Ramos Pedrueza como representante del Presidente de México, redactó un informe acompañado por la declaración de quince testigos presenciales.

Las declaraciones contenidas en este informe son muy interesantes, y establecen con toda claridad que las causas reales de la matanza y el saqueo fueron el puro “odio de razas y el deseo de saquear y matar”. La plebe torreonense tuvo que ser dispersada a carga de sable para que la matanza cesara.

Se transcribe a continuación el texto de la nota periodística que transcribe este informe:

“Los señores Owyang King y Lic. Arturo Bassett han presentado al Ministro de China en México, el informe referente a la matanza de chinos en Torreón en los días 13, 14 y 15 de mayo último.

Como ya hemos dicho, los señores de referencia fueron acompañados por el Lic. Don Antonio Ramos Pedrueza, quien representó al Sr. Presidente de la República.

El resumen del informe de esos comisionados, después de las averiguaciones que hicieron, es el siguiente:

Primero.— Que con anterioridad a la matanza, la Colonia China en Torreón era pacífica, aprovechada, y se atenía a la ley.

Segundo.— Que los chinos no habían comprado armas en ninguna casa en Torreón, con anterioridad al 15 de mayo, que el General Lojero no les facilitó armas y municiones cuando evacuó a la ciudad, y que, por lo tanto, no estaban armados cuando el ejército revolucionario entró a la ciudad.

Tercero.— Que trescientos tres de los chinos fueron asesinados por el ejército revolucionario, de la manera más brutal y horrorosa que se puede imaginar.

Cuarto.— Que los chinos fueron muertos, no porque ofrecieron resistencia, sino porque se sabía que no ofrecían resistencia.

Quinto.— Que la verdadera causa de la matanza fue odio de razas y el deseo de saquear y matar.
Sexto.— Que el argumento de que los chinos ofrecieron resistencia, es una pura maquinación inventada por los oficiales del ejército revolucionario, con el propósito de evadir el castigo que la comisión de tan nefando crimen naturalmente haría recaer sobre ellos.

Los comisionados agregan las declaraciones firmadas por quince testigos, y se asegura que la matanza cesó gracias a la llegada de don Emilio Madero, el que inmediatamente mandó a la fuerza que lo acompañó, cargase a sable contra la plebe.

El informe será enviado al Presidente de la República”

En septiembre de 1911, el Ministro de China, el señor Chan Ying Tan, tuvo una entrevista con el Presidente de la República en el Castillo de Chapultepec, acerca de las reclamaciones por los crímenes y saqueos de Torreón.